dilluns, de novembre 21, 2011

Aproximación al Teatro del Oprimido, Tomás Motos


En este módulo vamos a hacer una aproximación al Teatro del Oprimido (TO).

El TO, la principal creación de Augusto Boal, nace del encuentro entre el teatro popular y la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire. Hoy es una realidad mundial, una metodología conocida y practicada en los cinco continentes. En una de sus últimas entrevista declaraba: “Tengo 78 años. Es demasiado tiempo. Parece que fue el otro día cuando nací y no me ha dado tiempo para hacer ni la mitad de lo que quería. Pero a pesar de todas las dificultades, el TO me realizó. Ciudadano no es aquel que vive en sociedad, ciudadano es aquel que la transforma. Y creo que el TO ha dejado alguna cosa para el mundo” (Revista Foro Latinoamericano de Políticas Educativas, 3 de marzo de 2009).

El TO es una formulación teórica y un método estético, basado en diferentes formas de arte y no solamente en el teatro. Reúne un conjunto de ejercicios, juegos y técnicas teatrales que pretenden la desmecanización física e intelectual de sus practicantes y la democratización del teatro. Tiene por objetivo utilizar el teatro y las técnicas dramáticas como un instrumento eficaz para la comprensión y la búsqueda de alternativas a problemas sociales e interpersonales. Desde sus implicaciones pedagógicas, sociales, culturales, políticas y terapéuticas se propone transformar al espectador -ser pasivo- en espect-actor, protagonista de la acción dramática -sujeto creador-, estimulándolo a reflexionar sobre su pasado, modificar la realidad en el presente y crear su futuro. El espectador ve, asiste; el espect-actor ve y actúa, o mejor dicho, ve para actuar en la escena y en la vida (Boal, 1980).

Las obras teatrales son construidas en equipo, a partir de hechos reales y de problemas típicos de un colectivo tales como la discriminación, los prejuicios, la violencia, la intolerancia. El TO es, ante todo, un espacio de acción que se vale de las técnicas de representación con el propósito de analizar y proponer soluciones de cambio ante la opresión que bajo distintas formas sufren los individuos y las comunidades. “La meta del TO no es llegar al equilibrio tranquilizador, sino al desequilibrio que conduce a la acción. Su objetivo es dinamizar. Esto se consigue a través de la acción concreta, en escena: ¡el acto de transformar es transformador! Transformando la escena me transformo” (Boal, 2004: 95).

El TO es un sistema flexible. A lo largo de sus cuarenta años de vida no ha permanecido monolítico y estático, sino que en su práctica ha ido evolucionando hacia nuevos estadios, añadiendo nuevos objetivos y nuevas técnicas para afrontar los retos concretos que en cada situación se le iban presentando. Por eso actualmente es un sistema estético y práctico que representa “la integración de teatro, terapia, activismo y educación” (Schutzman y Cohen-Cruz, 2002: 15). Desde su primera sistematización en 1970 con el Teatro Periodístico, un teatro de urgencia, ha ido desarrollando nuevas técnicas que han dado lugar a otras modalidades tatrales: Teatro Invisible, activismo político; Teatro de la Imagen, teatro centrado en el lenguaje del cuerpo; Teatro Foro, forma básica para la liberación de la opresión; el Arco Iris del Dese, teatro terapéutico; Teatro Legislativo, el deseo convertido el ley, instrumento de democracia transitiva. Y, finalmente Estética del Oprimido, intrumento para la ampliación de la vida intelectual y estética de los practicantes del TO.

Hoy día es practicado en más de 70 países por campesinos, trabajadores, maestros, estudiantes, artistas, trabajadores sociales y psicoterapeutas. Ha servido para programas de alfabetización, para la reinserción de los internos de las centros penitenciarios, para el debate de problemas sociales (violencia de género, exclusión social de discapacitados físicas y mentales, de toxicómanos, de minorías, etc.), para la reflexión y propuesta de solución de problemas escolares (relaciones entre profesorado y alumnado, relaciones del alumnado entre sí, violencia escolar), la interpretación y modificación de las relaciones familiares, para discutir en la calle los problemas o las leyes que afectan al ciudadano común.
En una de sus últimas intervenciones públicas, con ocasión de la ceremonia en que fue nombrado embajador mundial del Teatro por la Unesco, Boal dejó dicho “viendo el mundo más allá de las apariencias, vemos opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en nuestra vid” (Mensaje Internacional del Día mundial del Teatro, 27 de mayo de 2009).

Algunos enlaces:
Motos, T. “Construyendo ciudadanía creativamente: el teatro legislativo de Augusto Boal”
Motos, T. “Teatro imagen: Expresión corporal y dramatización”.
Motos T. y Navarro, A.Máscaras educativas detrás de la tiza. Experimentando estrategias del Teatro del Oprimido en la formación permanente del profesorado para la reflexión sobre la práctica educativa”.
Baraúna, T. y Motos, T. “ La práctica del Teatro Foro de Augusto Boal. El caso de “Marias do Brasil”.
Cuadernos de Pedagogía 411. Monógráfico sobre Teatro del Oprimido coordinado por Tomás Motos.

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